Nunca dos espectadores responden igual, ni piensan igual, Blake tiene que adaptarse, el ritmo lo marca el espectador, el diseño del espectáculo también, la resolución, solo en manos de Blake. Una cámara negra, una mesa, un taburete, una luz discreta, intimista, misteriosa, una música sugerente y a veces inquietante y una voz envolvente que te arrastra a los recovecos de tus pensamientos. Blake no lee la mente: lee, interpreta, manipula tus pensamientos y todo ello a muy corta distancia, no se puede estar MÁS CERCA. No le des más vueltas, Blake lo va a saber, no te pongas nervioso, Blake lo va a notar, sal al escenario, Blake te va a sorprender. Y al final de todo esto, cuando ya estés en la calle, seguirá resonando en tus oídos la frase, esa frase que todo lo remata: Y RECUERDEN, TODO LO QUE HAN VISTO, HA SIDO PRODUCTO DE SU IMAGINACION, NO LE DEN MAS VUELTAS, NO TIENE SENTIDO.